Uncategorized

Esteban Martínez Sifuentes presentó «USA! USA!» en el Museo Leonora Carrington de San Luis Potosí

+ El libro, publicado por la Editorial Almuzara, contine cuentos y ensayos sobre el país norteamericano

Jacobo Vázquez Pérez/Colaboración

Esteban Martínez Sifuentes es potosino de Cerritos, migrante, hijo de braceros, editor, escritor de más de media docena de libros y residente en la Ciudad de México desde los 90’.

Fue participante de al menos dos periodos en el Taller Literario de la Casa de la Cultura: el coordinado por Roberto Bravo y el encabezado por David Ojeda.

A pesar de esa trayectoria, y de que su primer libro de narraciones (“¡La familia bien, gracias!”) apareció desde 1992, este autor permanece ignorado en las dos recopilaciones de escritores hechas en fechas recientes.

Me refiero a Diccionario de Escritores Potosinos (DEP), un portal en la web que representa un serio y meritorio esfuerzo hecho por docentes e investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis (UASLP) y también del Colegio de San Luis (COLSAN). https://escritorespotosinos.com.mx/

La segunda recopilación es el libro titulado “Talleres literarios de la ciudad de San Luis Potosí. Espacios de la memoria (1974-2019)”, de Miriam Fabiola Perales, y publicado en el 2021.

De ahí la importancia de que el Centro de las Artes de San Luis Potosí (CEART SLP), a través del Museo Leonora Carrington, haya abierto sus puertas para dar a conocer esta obra.

El libro fue presentado por Emilia Reséndiz, Jacobo Vázquez, y Ulises Martínez.

Este evento sobre “USA! USA ¡ Mitos y antimitos estadounidenses vistos desde el perplejo asombro de un mexicano a caballo del siglo XX y el XXI” tuvo lugar el jueves 23 de septiembre.

Eso de “a caballo” es, obviamente, sólo una figura retórica, pues incluso tal libro inicia con un espléndido ensayo no sobre equinos, sino sobre el automóvil.

Y es el automóvil el que le sirve de base para hablarnos de la cultura gringa, sus cacharros rodantes, y el cine.

El cine donde Esteban encuentra disfrute, ilustración, y sabiduría.

Es así como tenemos, al menos, cuatro textos referentes al llamado “séptimo arte”.

Estos escritos son: “Breve juicio al automóvil. A propósito de una película de Orson Welles”, “Clarissa Sounders, más que una eficiente asesora”, “Carta homenaje a Faye (la única Faye)”, y “La amistad de Thelma y Louise”.

Esas piezas sobre el cine, sus temas, sus directores, y sus divas, entran en la categoría de ensayos, los cuales le sirven al autor para analizar lo que se encuentra detrás de tales guiones de la industria de Hollywood.

Cabe aquí precisar que el volumen de 12 historias se compone de dos géneros o tipos de texto: el cuento corto y el ensayo. La unidad de tal compendio la da, entonces, el tema: Estados Unidos de América.

Esos Estados Unidos de América que Martínez define, muy poéticamente, como: “…un archirreconocido trapo sagrado de 50 estrellas y 13 franjas horizontales”.

Una nación, agrega: “…de capitalismo feroz, consumismo, esclavitud, mafia, drogas, apuestas, inmigrantes”.

Pero, seamos justos, también es un territorio, nos señala, de “arte, universidades, ciencia, tecnología, deportes, folk, jazz, rap, y, por supuesto, cine, mucho cine”.

Tanto en los ensayos como en los cuentos, el escritor sale airoso, logrando espléndidas piezas donde la ironía y un humor harto irónico logran plantear los dramas humanos que se esconden tras algunas lacras de la cultura gringa.

Lacras como la pena de muerte.

Es el caso del cuento titulado “La primera vez que me ejecutaron”, donde un sentenciado a muerto es sacrificado con reiterada tortura gracias a que el personal sanitario no logra encontrarle una vena propicia donde inyectar el coctel químico que le quitará la vida “por decisión del sistema”.

O sobre los otros cánceres sociales de fanáticos redentoristas y armamentismo.

Por ejemplo, la historia que el autor recrea, basada en Timothy  McVeigh, un ex militar definido por la enciclopedia virtual Wikipedia como “un terrorista doméstico”, quien hizo explotar un edificio federal en la ciudad de Oklahoma el 19 de abril de 1995.

En ese recinto se asentaban oficinas de la DEA y del FBI, entre otros establecimientos: como una guardería. Murieron 168 personas, entre ellos 19 niños.

En otros casos, mediante la lucidez del ensayo o el encanto de la narración, Esteban Martínez nos ofrece retratos, bien documentados, sensibles, humanos, sobre el machismo y la amistad femenina, como lo hace al comentar la película Thelma y Louise.

O nos relata muy interesantes y detalladas anécdotas históricas sobre bandoleros de leyenda en aquel país, como el caso de Dan Cooper, nombre con que se registró un sujeto que el 24 de noviembre de 1971 secuestró un avión, logró un rescate de 200 mil dólares y saltó en paracaídas de la aeronave.

Hoy, 53 años después, es fecha que no han dado con él.

Por el lado de la ficción, quiero resaltar sobre todo dos textos, dos cuentos.

Uno, breve, de cinco párrafos, llamado “Vida salvaje”. Y, el otro, el más extenso del compilado, llamado: “Fin del camino”.

En el primero, una niña lanza una moneda de un cuarto de dólar al gran cañón del Colorado, pidiendo el deseo de que la fauna salvaje del lugar no siga sufriendo la depredación de los humanos. Los resultados que arroja su acto y su deseo resultan resultados inesperados…y desastrosos.

“Fin del camino es una historia sencilla”, donde aparentemente no está ocurriendo nada. Sin embargo, basta un poco de sensibilidad para que el lector se vaya conmoviendo con ese viejo migrante que regresa a su tierra acompañado de su hija y su nieto.

En suma, y como lo dice el mismo narrador potosino, cerritense, y avecindado chilango desde la década de los ’90 del milenio pasado: estamos ante diversos escritos que conforman una visión de ese país amado y odiado.

Martínez Sifuentes dice que es una visión personal, necesariamente sesgada y fragmentaria y quizá enriquecedora.

Tiene razón: es sesgada porque resulta necesariamente subjetiva como sujeto creador que él es y no podría ser de otra manera, ni se le puede pedir al creador otra cosa.

Es fragmentaria porque sería imposible captar la totalidad de un pueblo en unas pocas páginas, y tampoco era el objetivo, sino la recreación literaria de ciertos personajes, fenómenos y manifestaciones.

Y, no les quede duda: la lectura de estos cuentos y ensayos sí les será muy enriquecedora, pues el lenguaje literario tiene la fortuna de poder captar muchas más emociones, sutilezas y matices de lo que nunca podrá hacer el muy engañoso y tendencioso discurso político.

Esta obra, junto a muchas otras innumerables manifestaciones creativas y artísticas de las sociedades de nuestro país y de Estados Unidos, nos dejan la certeza de que la cultura de ambos pueblos es mucho más fuerte que cualquier grupo de oligarcas que se posesionan transitoriamente de un país cualquiera.

Leer este tipo de cuentos y ensayos resulta mucho más necesario (además de placentero), en tiempos en que la segunda llegada a la presidencia de Donald Tramp(oso) hace necesario una nueva lectura de la sociedad norteamericana y sus implicaciones con México.

Para finalizar, creo que debemos agradecer a Esteban Martínez Sifuentes este puñado de historias entrañables de migrantes, cine, y terroristas. Su lectura nos puede hacer más informados, sensibles, participativos.

Clima
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-