HUASTECO VOCIFERANTE
Es un joven e inexperto empresario huasteco de Tanquián, atenazado por el miedo y la conciencia intranquila y con ínfulas de influyentismo por su amistad y relaciones con un hijo del presidente López Obrador.
Atrabancado y de pocas luces en la mollera, deja de usar el cerebro prefrontal y actúa con su hipocampo reptiliano, lo cual le hace decir sandeces desde sus redes sociales.
Así se ha evidenciado, sin prudencia ni decoro, lanzando acusaciones temerarias y ofensivas a las autoridades estatales representadas por el gobernador de San Luis Potosí.
Montó un pequeño acto de circo vociferante y de inmediato se plegaron a él como ladillas dos o tres periodistas de consigna y políticos adversarios del partido que gobierna el estado.
Mientras tanto, la verdad quedó oculta mediante el desplante del citado vociferante cuya indignación soflamera fue que se detuvo a sus escoltas para revisión, dadas las armas que portaban.
Y la verdad es que las autoridades potosinas están avisadas de la migración de delincuentes de Tabasco a San Luis Potosí, luego de la persecuión que la Federación lleva a cabo en aquella entidad, donde el citado tiene negocios.
Dentro de esos operativos de vigilancia que se llevan a cabo han sido detenidos hasta exmilitares que no cuentan con permisos para portar armas.
Pero el citado junior vociferante cree que por sus palancas puede estar exento de que se revisen su guardia personal, como se hace con todos los demás.
Y por eso se puso a lanzar insultos, con los cuales solo enseñó el cobre de su temor y cobardía, quedando evidenciado.