El error de Jorge Negrete o las malas artes de la seducción
Era el charro cantor, galán del cine nacional, rival de Pedro Infante, pero un ignorante en seducción.
Su peor error: no llevarse a la cama a la mamacita de Elsa Aguirre, pues confundió su papel de enamorado con el de tutor.
Él, ingenuo, bienintencionado, quería educarla y le atiborraba de libros sobre los que luego, a manera de examen, le preguntaba si los había leído y sobre lo que había comprendido.
La ahora actriz nonagenaria todavía dice: «yo lo que quería era que me abrazara y me besara».
El charrito pagó con la lejanía de la bella chica adolescente, pues ésta empezó a negarse a salir cuando la buscaba, porque no había leído ninguno de los libros que le prestara o le diera y no quería que la siguiera molestando con preguntas.
«Él tuvo la culpa», dice la diva de aquella «época de oro del cine nacional».
Y claro que él tuvo la culpa…»por pendejo», le faltó agregar a la Aguirre.
No son formas de seducir, y menos a una joven que le valía la cultura libresca.
Al respecto del tema, Historias Inmediatas recomienda la lectura de «Diario de un seductor», con un personaje que sí sabía seducir, y era todo un maestro en las artes de la perversión.
Por cierto, ese libro de Sören Kierkegaard ya se había publicado cuando nuestro charro andaba haciendo sus ridículos con nuestra querida actriz.