La Compasión Idiota
Acaso los compasivos idiotas podrían quedar reflejados en aquel que, queriendo ayudar a la oruga, cortó el capullo con unas tijeras.
Es la sabida “lección de la mariposa” y su predecible final: la oruga terminó arrastrándose y solo sobrevivió unas horas.
El voluntarioso no se detuvo un momento a reflexionar que la naturaleza es más sabia que su limitada inteligencia.
Y que esa madre natura dispuso que la oruga madurara el tiempo suficiente y batallara abriendo el capullo, pues eso le daría la fuerza y la vitalidad necesaria para convertirse en mariposa.
Un temperamento blandengue se cultiva ahí donde se facilitan las cosas sin necesidad, dañando el proceso evolutivo, sea de orugas o de personas.
Son los malos padres que no pueden resistir las rabietas de los hijos pequeños (o grandes), fomentando comportamientos irresponsables al caer en los chantajes o caprichos que sus vástagos les tienden como celada.
Es el que cae redondo ante las lágrimas de cocodrilo de quienes se asumen como víctimas antes de hacerse responsables de su existencia y de los sacrificios y trabajos que ésta acarrea.
“La verdadera compasión patea traseros y parte rostros, y en ciertos días no es agradable; el ego debe verse hostigado en ocasiones de un modo muy severo”, señala Ken Wilber.
Hay que pensarlo entonces dos o más veces cuando queremos optar por una salida fácil, prestando ayuda a quien más bien necesita pasar por la experiencia, y vivir la consecuencia de sus actos.
Porque quizá es el narcisismo el que nos juega el dedo en la boca y en la realidad no es que queramos prestar auxilio de verdadera compasión, sino solo sentir la complacencia de nuestro propio acto; una sobada al ego, pues.
Ayudar, sí, cuando la contraparte se está ayudando a sí mismo; cuando el otro o la otra tiene la humildad de reconocer errores; cuando el desvalimiento es tal que esté en riesgo la sobrevivencia.
Ayudar, sí, que todos somos interdependientes y requerimos apoyo. Pero ayudemos (y no solo en Navidad) cuando estemos seguros de no mutilar vuelos, lecciones, aprendizajes.
Que de compasivos idiotas y egoicos ya anda sobrado el mundo.