Al Dia

Muñoz Ledo, al purgatorio de la historia

Magnánimo, generoso, se portó el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus condolencias por la muerte de Porfirio Muñoz Ledo.

Estaba obligado a dar el pésame, pero no a otorgarle el legado que sin duda le corresponde al fallecido: su contribución a la democracia en México.

Murió como vivió, en la lucha y la contradicción. Fue uno de los iniciadores del cambio. Pero, también, aliado del viejo régimen en su momento, con Luis Echeverría Álvarez.

Colaboracionista con la Derecha, al dar la espalda a la Izquierda y al Centro, apoyando al nefasto Vicente Fox Quesada.

Terminó pésimo, desmedido, ofendiendo a un presidente al que le colocó la banda presidencial, y llamó iluminado, para luego, al poco tiempo, denostarlo con los peores insultos en la política.

Él quizá descanse en paz, pero en la historia estará por algún tiempo en el purgatorio.

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